Sentimiento incomprendido por el simple hecho de dejarlo fluir, pero por alguna razón nunca hemos buscado ningún control, no lo hemos necesitado, es y seguirá siendo la relación perfecta, donde las decepciones y las idealizaciones se quedan en un estado neutro... con presencias envueltas de ausencias negadas.
La consciencia se le ha dejado concedida al tiempo.
Es nuestro extraño punto medio ideal, aquel cuento que nos escribe y que llevamos porque nos lleva... los guiones son noches de pláticas, de intimidad más que física, espiritual, con escenarios del mismo lugar... pero con naturaleza sensitiva diferente.
Círculos que giran alrededor de dos personas colmadas de caprichos expresados y cumplidos por causalidad.
Mareado sueño sin final con base en un siempre estar.
Ofelia
3 comentarios:
Me enamoré yo también. ¡Jajajaja! Me alegro mucho por ti. Aunque me ha dado un poco de envidia. Siempre he pensado que la relación ideal no es la de los cuentos de hadas, sino aquello que enfrentan un día a día lleno de problemas y momentos felices, y que sobreviven sólo por el deseo de amarse cada día más
hola...muy bien
Tu escrito más que de amores reales lo sentí como amores ideales, esos que sólo existen en lugares como esta gran tela de araña, donde puedes encontrar tu alma gemela y se vive una fantasía compartida...
De antemano, sabes que en la realidad ese personaje no existe, pero durante un tiempo puedes ser feliz compartiendo un sueño.
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